lunes, 16 de agosto de 2010

S.

Cayó la primera gota en el suelo de millones de ellas. El Emperador alzó su mirada al cielo y vió, por primera vez en años ese cielo azul grisáceo que de pequeño siempre le gustaba ver.
Los años habían pasado y poco a poco se había deshumanizado. Los que antes eran los grandes placeres de su vida, como jugar con sus amigos, reir con ellos, ir a ver el mar... esos estúpidos placeres habían desaparecido. El poder, gran corruptor del hombre le había afectado, y durante demasiado tiempo la única persona a la que miraba era el mismo. A partir de entonces los grandes placeres de su vida se convirtieron en matar, saquear, destruír...
Dejó entrever una sonrisa. Siguió mirando al cielo mientras una gota, que no era de la lluvia, recorría su cara.Era irónico, era el Emperador y estaba terriblemente solo...

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