
Me siento en el sofa y me enciendo un cigarro. Pongo la mirada perdida, como suelo hacer, como toda mi vida he echo cuando algo me preocupa. Pero esta vez nada me preocupa.
Echo de menos la comodidad de estar triste, pero ya no puedo estarlo. Supongo que se me habran ido los motivos, o simplemente es que tarde o temprano ya no queda nada que lamentarse, y ninguna lagrima mas que echar.
Cada vez me doy mas cuenta de que estoy jodidamente vacío por dentro, que estoy siendo una persona excesivamente fría y calculadora, y, lo peor de todo, es que me gusta esa sensación.
Hace tiempo que dejé de ponerme triste por chorradas... en el mundo se muere gente, hay guerras en las cuales niños mueren sin saber de que va el rollo, madres preocupadas por sus hijos drogadictos, y mientras, a nosotros, los putos egolatras de mierda, los niños mimados de ciudad nos deprimimos porque no tenemos el dinero que queremos, no podemos comprarnos esa puta camiseta de mierda, y parece que se acaba el mundo cuano nuestra novia, nos deja por algun pijo gilipollas que cree que va a conseguir algo importante en la vida. Ellos,que se creen importantes, que son lo mejor, de lo que es, al fin y al cabo, una ciudad de mierda... son los que en un futuro, seran los barrenderos que limpien la mierda que echaron en su pasado.
Y mientras me acuerdo de sus madres, veo que mi cigarro ya se ha consumido, me levanto, me dirijo la puerta, y vuelvo de nuevo a ese mundo plagado de optimismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario